martes, 22 de diciembre de 2015

RESOLUCIÓN DE LA XXIX EDICIÓN DEL CONCURSO DE INVESTIGACIÓN EDUCATIVA SOBRE EXPERIENCIAS ESCOLARES DE LA ONCE

  

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En Oficio-Circular núm. 5/2015, de 12 de febrero, de la Dirección de Educación, Empleo y Promoción Cultural de la ONCE, se convoca la XXIX edición del  "Concurso de Investigación Educativa sobre Experiencias Escolares”. Su finalidad es favorecer y fomentar la inclusión escolar y social del alumnado con ceguera o deficiencia visual grave. 

A propuesta del Equipo Especifico de Deficiencia Visual de Cartagena, nuestro centro, C.E.I.P. Mare Nostrum, acepta participar en ese concurso, dirigido a profesionales residentes en España, Hispanoamérica y La Unión Europea, que desarrollan su actividad profesional en relación con la educación del alumnado con ceguera o deficiencia visual grave. Nos animamos a participar porque pensamos que contando nuestra experiencia se podría ayudar en el futuro a otros niños como Juan Antonio, nuestro alumno ciego. En la medida en que se pudiera ayudar a sus maestros a superar ese miedo y angustia inicial que les invadirá al principio, se estaría ayudando a esos niños.

Nosotras al conocer que habría un niño ciego comenzando la etapa de Infantil sentimos miedo, estábamos alarmadas, asustadas, angustiadas… nos agobiaban muchas cosas; por ejemplo, pensar en la metodología para trabajar, ya que con los niños de Infantil se usa mucho material visual y con él eso no valdría. Habría que introducir cambios y no sabíamos por dónde empezar, ya que Juan Antonio ha sido nuestro primer alumno ciego. El panorama que teníamos delante era muy negro, muy oscuro, sin embargo al recuperar la serenidad para pensar, comenzamos a dejar de fijarnos sólo en su punto débil, la deficiencia visual,  y a focalizar nuestra atención en sus fortalezas. Entonces comenzamos a ver la luz.  En ese momento fue cuando dejamos de "estar ciegas", cuando comenzamos a ver sus "puntos fuertes" (buena discriminación y memoria auditiva, le gustaba la música y también las retahílas y cancioncillas...), el panorama ya no era tan oscuro. Como maestras recuperamos "la visión", y esa ceguera temporal desapareció. A partir de ahí, comenzamos a trabajar con ese nuevo alumno, y nos pusimos como objetivo ayudarle a conocer el mundo a través de los sonidos y el tacto.

En el momento en que conseguimos recuperar la serenidad, que nos había sido arrebatada por la angustia y el miedo a una discapacidad desconocida para nosotras, comienza a desplegarse ese talento creativo que cualquier maestro tiene (aunque al recibir a estos alumnos desconoces que está ahí porque el miedo lo atrapa). Poco a poco, ese enorme potencial dormido se despierta... entonces empezamos a descubrir, entre otras cosas, diversas formas de trabajar con el niño para desarrollar habilidades que le permitieron, más adelante, afrontar el aprendizaje de la lecto-escritura y facilitaron el aprendizaje del código braille. 

Al redactar esta experiencia educativa pensamos que una vez presentada la etapa previa a la llegada al colegio, podía ser el propio niño quien relatara en 1ª persona lo que observó, desde sus primeros días, en el entorno escolar. Por eso, el título que da comienzo a su relato es: “Así soy yo y esta es mi mirada: la mirada de un niño ciego escolarizado en un aula ordinaria de Educación Infantil”. Cuenta que fue a un aula de tres años cuando llegó al colegio, aunque él tenía un año más que sus compañeros. Al iniciar el curso escolar 2014-15 ya está en un aula de 5 años con esos mismos compañeros y su sueño es continuar compartiendo junto a ellos, en un aula ordinaria, la Educación Primaria.

En la redacción fuimos utilizando una metáfora en la que se hacían frecuentes referencias al mar. Como el nombre de nuestro colegio es “Mare Nostrum”, el apartado donde comienza concretamente el relato de la experiencia de inclusión escolar lo titulamos así: "NAVEGANDO POR EL MARE NOSTRUM”.  En ese mar de dificultades escolares, que era lo único en lo que centrábamos nuestra atención al principio,  sólo veíamos enormes olas que amenazaban  naufragio, nos parecía casi imposible evitar ese hundimiento; sin embargo, fue posible evitarlo.  La clave para conseguirlo se recoge en el título del trabajo: "¿Un mar de dificultades o un mar de posibilidades? El entrenamiento de la mirada es fundamental.” Cuando cambia el observador, cambia también lo observado y eso es lo que relatamos en esta experiencia de inclusión escolar. Hacemos una reflexión sobre la importancia de esa mirada del maestro que recibe a un niño con discapacidad visual. Señalamos, de manera especial, el modo en que se integra ese alumno ciego en un aula ordinaria: su participación, tareas realizadas por él, apoyo prestado por sus compañeros, y aportación de este alumno con ceguera a los otros niños. Estos, al compartir con él esos años escolares también aprenden cosas importantes, porque crecen como personas; van descubriendo que las personas ciegas también ven, pero de otra manera, ya que ven con las manos y con los ojos del corazón. Descubren que son capaces de desarrollar otras habilidades, que aprenden a superar obstáculos y a no rendirse ante las dificultades. Al finalizar la etapa de Educación Infantil, lo más importante que cada niño ha aprendido no es: contar, leer o escribir (Juan Antonio en Braille y sus compañeros en tinta), lo verdaderamente importante es que han aprendido que todos tenemos capacidades diferentes. Toda persona, aunque tenga una limitación sensorial o de cualquier otro tipo, puede aportarnos algo y toda persona puede recibir algo de nosotros.

En la buena evolución de Juan Antonio ha tenido una importancia capital la comunicación fluida con la familia y, muy especialmente, la implicación de Flori, su madre.

La experiencia educativa la presentamos al concurso bajo el pseudónimo “El cocodrilo del Nilo”, ya que durante ese curso escolar 2014/15, Juan Antonio y sus compañeros habían estado trabajando en un proyecto sobre Egipto. El pasado martes 27 de Octubre de 2015, nos comunicaron que nos habían concedido el primer premio de este concurso. Está dotado con 2.000 €, importe que decidimos donar al colegio para los alumnos con necesidades educativas especiales. Esta noticia ha sido motivo de gran alegría para toda la comunidad educativa de nuestro colegio y para el Equipo de la ONCE de Cartagena. Aunque en ningún momento trabajamos para ser premiados, este reconocimiento es algo que valoramos mucho. La experiencia de inclusión escolar será publicada próximamente en una revista de prestigio nacional e internacional, la Revista Integración de la ONCE.

Han participado en la realización de esta experiencia educativa: 

  • Profesionales del Equipo de la Dirección de Apoyo de la ONCE de Cartagena, perteneciente a la Delegación Territorial de Murcia: Mª del Carmen Martínez Martínez y Ángel Francisco Lucas Pérez 
  • Profesionales del CEIP “Mare Nostrum” de Cartagena: Paloma García Sicilia, Beatriz Gálvez Agudo, Belén López Baquero y Bernarda Solá González 
Texto: Belén López Baquero (Maestra especialista en Audición y Lenguaje)

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